domingo, 20 de febrero de 2011

TÉCNICAS DE EVALUACIÓN DE LA CREATIVIDAD

Para evaluar la creatividad no existe ningún instrumento válido; sin embargo se proponen algunos criterios e indicadores que algunos autores tanto del ámbito de la creatividad como de la evaluación han venido trabajando, considerando que se debe dejar una ventana abierta hacia el cambio, la modificación e incorporación de otros criterios al respecto.
A continuación se presentan algunos criterios e indicadores que se pueden utilizar para evaluar la creatividad:

  • Originalidad: es la capacidad del individuo para generar ideas y productos cuya característica es única, de gran interés y aportación comunitaria o social, la novedad, manifestación inédita, singularidad e imaginación.Iniciativa: es la actitud humana para idear y emprender actividades, para dirigir acciones, es la disposición personal para protagonizar, promover y desarrollar ideas en primer término, liderazgo, anticipación, naturalismo, vanguardia e intuición.
  • Fluidez: es la capacidad para producir ideas en cantidad y calidad de una manera permanente y espontánea, expresión, variedad y agilidad de pensamiento funcional.
  • Divergencia: es la capacidad del individuo para analizar lo opuesto, para visualizar lo diferente, para contrariar el juicio, reflexión, pensamiento lateral y espíritu crítico.
  • Flexibilidad: es la capacidad del individuo para organizar los hechos dentro de diversas y amplias categorías, argumentación, versatilidad y proyección.
  • Sensibilidad: es la capacidad del individuo para percibir y expresar el mundo en sus múltiples dimensiones, expresión, concentración, identificación y empatía.
  • Elaboración: es la capacidad del individuo para formalizar las ideas, para planear, desarrollar y ejecutar proyectos, fortaleza, orientación, perfeccionamiento, persistencia y disciplina.
  • Desarrollo: es una característica relevante de la creatividad y se puede notar por sus grandes huellas en todo desarrollo creativo, la ansiedad producida por los deseos de realización, el forzamiento acelerado y la transformación de la naturaleza.
  • Autoestima: es la valoración de sí mismo, la confianza de la persona en un ser, basado en el conocimiento real de sus posibilidades y potencialidades, fortalezas y debilidades, confianza, fortaleza, estima y valoración de sí mismo.
  • Motivación: es la relación que existe entre lo cognitivo y lo afectivo en función de solucionar el problema profesional que el alumno debe resolver, modo de actuación profesional, establecimiento de contradicciones entre lo conocido y lo desconocido.
  • Independencia: es un rasgo de la personalidad necesario para la auto educación, es la capacidad de comprender, formular y realizar las tareas, libertad para elegir vías para la realización de proyectos, búsqueda, selección y procesamiento de la información.
  • Innovación: es la habilidad para el uso óptimo de los recursos, la capacidad mental para redefinir funciones y usos, cualidad para convertir algo en otra cosa, de lograr nuevos roles, curiosidad, sociabilidad y conocimiento de fortalezas.
   Los criterios e indicadores antes descritos pueden ser modificados y mejorados, ya que muchos de ellos fueron planteados por un grupo importante de autores que han trabajado de forma específica los problemas de la educación y el desarrollo de la creatividad como (Gordón, 1963; Sobón, 1963; Parnes, 1973; Melhorn, H, 1982; De Bono, 1986; De la Torre, 1982; Guilford, 1991; Rogers, 1991; Torrance, 1992). Entre los científicos que en Cuba se dedican a la investigación acerca de la creatividad se encuentran: Albertina Mitjáns Martínez, América González, Alicia Minujín Zmud, Martha Martínez, entre otros.
   La evaluación debe ser considerada como parte integrante del proceso educativo, con una función básicamente integradora y de control de la calidad de todas las acciones que se emprenden dentro del mismo. La evaluación de la innovación constituye una función de control de resultados, incorporación de nuevos procesos, y estrategias de desarrollo respectivamente, estos cambios favorecen a la comunidad educativa, lo que permite que la enseñanza no esté estancada, sino que sea una ciencia en constante evolución, adaptándose a las nuevas realidades socioculturales. La evaluación debe tener un carácter integrador donde se tome en cuenta las características del alumnado y el contexto sociocultural en que se encuentra, valorar globalmente las capacidades desarrolladas por el alumno, y en qué medida aquellas contribuyen a su formación como persona capaz de integrarse en su propio entorno social.
   En conjunto toda evaluación sirve para la reorientación y mejora de la acción docente del profesorado y del proceso de aprendizaje de los alumnos, por lo que se debe considerar el aspecto técnico: las metas y algunas reflexiones específicas que tiene cada documento que le dé sentido; además de incorporar lo cualitativo si el alumno ha evolucionado en función de las metas establecidas, hasta que punto es suficiente o hay que profundizar algún aspecto en particular, entre otras. Para evaluar deben tomarse como referencia los criterios de evaluación previamente establecidos, que son conocidos y comprendidos por los alumnos. También se deben utilizar una amplia gama de instrumentos para recoger toda la información que se precisa.

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